Un año más, las horquetas no romperán el murmullo de una Plaza del Grano abarrotada. De nuevo, nuestras túnicas quedarán en casa y no se oirá la llamada a los hermanos tras tres golpes de rigor. No se escuchará Jesús del Prendimiento, ni la Saeta, ni el Toque de Oración, ni se verá alzar la Redención del Padre a los Cielos de San Martín para bendecir las calles de nuestro barrio.
Pero este es el año de redimirnos por el año pasado, y la Iglesia de San Martín es el epicentro de nuestra Cofradía. Durante la Solemne Exposición y Veneración en el día de ayer, el incesante goteo de devotos hizo que nuestras Sagradas Imágenes no quedaran solas en ningún momento, haciendo que su Redención, Misericordia y Divina Gracia, llenaran los corazones de todos los visitantes.
Es por fin Domingo de Ramos, de Redención, Misericordia y Divina Gracia, es día de redimirnos en la Veneración y en el acto central “REDIMERE”, acudiendo a nuestra sede canónica para no dejarles solos, al igual que nunca ellos nos dejaron.
Pese a la pandemia y las restricciones que no permiten la asistencia a más de 80 hermanos, podemos quedar con el convencimiento de que este acto servirá para alcanzar Su Redención.
¡Feliz Domingo de Redención!
¡Que sea enhorabuena, hermanos!